[84] LA CIUDAD DE MEXICO
Posted: lunes, 9 de marzo de 2009 by Superhero!! in Etiquetas: Aventuras y trancazos, de viajeEste rancherito de provincia ya está de regreso en su pueblito. Su viaje a la capital le dejó muchas experiencias. ¿Buenas o malas? No estoy muy seguro. Es aventurado calificar algunas de mis experiencias demasiado pronto.
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Este fue un viaje de trabajo. Fui con un chingo de incertidumbre y nervio pues sólo me explicaron a grandes rasgos el motivo de la reunión. Sólo supe que algún cabrón muy importante de una oficina federal necesitaba trabajar personalmente con nosotros. Afortunadamente me fue bien. Tuve que trabajar en el hotel hasta la madrugada pero valió la pena. El guey con el que trabajamos se mostró interesado e impresionado y así nos lo hizo saber. Claro que en ese momento me sentí muy pinchi orgulloso y el jodido ego se me disparó hasta las nubes. Pero en realidad creo que ese compa sólo estaba siendo amable, además ése es mi trabajo, por el que me pagan. Nada más y nada menos.
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La ciudad de México ¡¡wooow!!. El tiempo era muy escaso y los lugares interesantes eran tantos. Sólo pudimos visitar lo más cercano al hotel. Me subí a la torre latinoamericana, conocí el palacio de bellas artes, esa arquitectura colonial, la catedral, el zócalo. Woow, esas construcciones tan antiguas!!!.
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Pero lo que más me impresionó comenzó cerca del zócalo, frente al templo mayor.
Ya estaba oscuro cuando escuché, a lo lejos, unos tambores. La curiosidad nos hizo acercarnos a un grupo de danzantes con penachos de plumas, taparrabos, cascabeles y algunos otros accesorios mexicas (¿o aztecas?). Bailaban una especie de ritual quemando copal y realizando actos de purificación. La escena me hizo transportarme a la época prehispánica, a la época del imperio mexica, escuchando el ba-ra-ROOM del tambor de truenos, el tambor que arranca el corazón, imaginándome las ceremonias de sacrificios humanos, ahí en lo que alguna vez fue el Cem-Anáhuac Tlali Yoloco, el Corazón y el centro del Único Mundo. Al otro día vi la piedra Coyolxaúqui, la casa de los caballeros Águila y… y… y… shiales, se me nota mucho la emoción ¿verdá?.
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Este fue un viaje de trabajo. Fui con un chingo de incertidumbre y nervio pues sólo me explicaron a grandes rasgos el motivo de la reunión. Sólo supe que algún cabrón muy importante de una oficina federal necesitaba trabajar personalmente con nosotros. Afortunadamente me fue bien. Tuve que trabajar en el hotel hasta la madrugada pero valió la pena. El guey con el que trabajamos se mostró interesado e impresionado y así nos lo hizo saber. Claro que en ese momento me sentí muy pinchi orgulloso y el jodido ego se me disparó hasta las nubes. Pero en realidad creo que ese compa sólo estaba siendo amable, además ése es mi trabajo, por el que me pagan. Nada más y nada menos.
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La ciudad de México ¡¡wooow!!. El tiempo era muy escaso y los lugares interesantes eran tantos. Sólo pudimos visitar lo más cercano al hotel. Me subí a la torre latinoamericana, conocí el palacio de bellas artes, esa arquitectura colonial, la catedral, el zócalo. Woow, esas construcciones tan antiguas!!!.
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Pero lo que más me impresionó comenzó cerca del zócalo, frente al templo mayor.
Ya estaba oscuro cuando escuché, a lo lejos, unos tambores. La curiosidad nos hizo acercarnos a un grupo de danzantes con penachos de plumas, taparrabos, cascabeles y algunos otros accesorios mexicas (¿o aztecas?). Bailaban una especie de ritual quemando copal y realizando actos de purificación. La escena me hizo transportarme a la época prehispánica, a la época del imperio mexica, escuchando el ba-ra-ROOM del tambor de truenos, el tambor que arranca el corazón, imaginándome las ceremonias de sacrificios humanos, ahí en lo que alguna vez fue el Cem-Anáhuac Tlali Yoloco, el Corazón y el centro del Único Mundo. Al otro día vi la piedra Coyolxaúqui, la casa de los caballeros Águila y… y… y… shiales, se me nota mucho la emoción ¿verdá?.
Lo que me pasa es que todo esto forma parte de la historia prehispánica de mi país, y que leí en ese libro “Azteca” -el de la foto en la columna izquierda-.
Yo solía tener un sentimiento de coraje al pensar que los conquistadores españoles destruyeron esa gran civilización, que trajeron enfermedades, que saquearon el oro y que hicieron un desmadre bien hecho. Pero la verdad es que forman parte de nuestra cultura actual. Digo, esa famosa catedral, esa admirada arquitectura colonial, son sólo algunas de las aportaciones españolas y no olvidemos que a final de cuentas nosotros mismos somos mestizos.
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Uyyy… También conocí esa bulliciosa plaza Garibaldi, los mariachis, las micheladas de a litro bien baratas, el desmadre a todo pulmón, los tacos, el teibol dance de enfrente uuh-uhh-yea-yea!!. Desafortunadamente ya andábamos escasos de billetes y la parranda tuvo que ser moderada, por decirlo así. Luego, se nos hizo fácil regresar caminando al hotel. Demonios!!, ya nos faltaba un par de cuadras cuando nos detuvo una patrulla. A pesar de que se portaron muy amables fueron muy inflexibles y me hicieron pasar una puta hora en el bote. Y todo porque me vieron con una michelada en la mano. ¡¡Uyyy que delicados!! Acá en mi ranchito los polis no son tan gachos.
Ufff… es la primera vez que me meten al bote. Sentí un chingo de vergüenza, y hasta me encabroné conmigo mismo por ser tan guey. Sólo a mí se me pudo ocurrir caminar en la vía pública con vasototote de cerveza en la mano, como si estuviera en Quintana Roo.
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Bueno, para que este post no les deje la idea de que soy un parrandero, borracho e impertinente les cuento que el Superhero también tuvo la suerte de asistir a una obra de teatro. Conoció en vivo y a todo color a Consuelo Duval la de la familia peluche y a Mercedes Molto que está guapísima. La obra: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas?
Yo solía tener un sentimiento de coraje al pensar que los conquistadores españoles destruyeron esa gran civilización, que trajeron enfermedades, que saquearon el oro y que hicieron un desmadre bien hecho. Pero la verdad es que forman parte de nuestra cultura actual. Digo, esa famosa catedral, esa admirada arquitectura colonial, son sólo algunas de las aportaciones españolas y no olvidemos que a final de cuentas nosotros mismos somos mestizos.
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Uyyy… También conocí esa bulliciosa plaza Garibaldi, los mariachis, las micheladas de a litro bien baratas, el desmadre a todo pulmón, los tacos, el teibol dance de enfrente uuh-uhh-yea-yea!!. Desafortunadamente ya andábamos escasos de billetes y la parranda tuvo que ser moderada, por decirlo así. Luego, se nos hizo fácil regresar caminando al hotel. Demonios!!, ya nos faltaba un par de cuadras cuando nos detuvo una patrulla. A pesar de que se portaron muy amables fueron muy inflexibles y me hicieron pasar una puta hora en el bote. Y todo porque me vieron con una michelada en la mano. ¡¡Uyyy que delicados!! Acá en mi ranchito los polis no son tan gachos.
Ufff… es la primera vez que me meten al bote. Sentí un chingo de vergüenza, y hasta me encabroné conmigo mismo por ser tan guey. Sólo a mí se me pudo ocurrir caminar en la vía pública con vasototote de cerveza en la mano, como si estuviera en Quintana Roo.
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Bueno, para que este post no les deje la idea de que soy un parrandero, borracho e impertinente les cuento que el Superhero también tuvo la suerte de asistir a una obra de teatro. Conoció en vivo y a todo color a Consuelo Duval la de la familia peluche y a Mercedes Molto que está guapísima. La obra: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas?
PRIMERO!!!
nada como la buena provincia, estemos como estemos... la capital es muy loca para mí, aveces pienso que incluso un pueblito sería demasiado ajetreo para mi.
pero si... todo lo que pasa por alla es loco:p
saludos.