He estado fuera de la oficina mucho tiempo. Viajes de trabajo, vacaciones y nuevamente gira de trabajo. En este último tour me tocó trabajar en los pueblitos más alejados y extraviados de la zona maya. Me pasé la semana viajando de pueblo en pueblo, por caminos de terracería, brechas y soportando a ese insoportable compañero de trabajo parlanchín, ese guey esta medio loco y… y… achtttt, ya me salí del tema.
Bueno, para que se den una mejor idea de cómo me fue en esta última semana de gira de trabajo les dejo este video.
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¿Verdá que esos 30 segundos se ven aburridos? Ahora imagínense eso durante 5 horas diarias ¡¡toda la semana!! Ahhh, por cierto el chango que aparece casi al final les pide una disculpa por aparecer todo greñudo y sin rasurar. Les aseguro que en vivo me veo peor ja ja ja.
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Afortunadamente el viernes ya regresé a la oficina. Ahhh, que delicia regresar al aire acondicionado, a mi compu con pantalla plana enorme, a mi silla tan cómoda, y sobre todo ya extrañaba mi cafecito mañanero bien cargado.
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Me puse a chambear duro y tupido. En dos patadas y un coscorrón terminé las tareas que tanto le urgían al pazguato de mi jefe. Luego, ya sin tantas prisas, me puse a socializar con mis compañeros de trabajo, a enterarme de los últimos chismes de la oficina
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Bueno, pues ahí estaba el Superhero en pleno cotorreo, haciendo bromas crueles sobre la influenza porcina que diezmará a chilangolandia, chismeando y dándole duro al lavadero cuando de repente: ¡¡nock-nock!!
Alguien me llegó por detrás y sentí que mis escasas nalguitas eran pellizcadas de la manera más violadora, obscena y depravada que nunca jamás imaginé.
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¡¡¡Epaaaa!!!
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Tuve la breve esperanza de descubrir a aquella chica guapa, simpática, alta, de enormes caderas y mirada sensualona que me ha ido tomado confianza poco a poco, pero…
Aaarrgghhhh no, no, no. No era ella.
Sintiendo la cara colorada y en medio de la risa de mis compañeros me volteé tan solo para descubrir que la autora de semejante fechoría fué una fea, chaparra, gorda, lépera, confianzuda y jodona secretaría: La secretaria de aquel otro jefe odioso al que apodamos Mr. Burns…
Urgghhh.
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Pero ese mismo viernes a la hora de la salida me aguardaba otro episodio:
Entre mis otras cuatas y vecinas de cubículo hay una que… ¿Cómo decirlo?, vaya: Esta antojable y es muy simpática. Últimamente ha crecido la amistad entre nosotros y a veces no puedo evitar ser como soy… Un facilito.
Esta chica se estaba despidiendo de sus compañeras y con esa voz chillona y estridente la escuché mencionar que en la noche iba a salir a pasear… Yo, desde mi cubículo dije entre dientes, muy bajito, casi como un pensamiento: ¿Y adonde vamos?
Diablos, creo que las mujeres tienen oído hipersónico o algo así pues en el mismo instante me voltearon a ver con una sonrisota y... y... y...
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Y como este post ya se hizo demasiado largo solo les diré que nuevamente me pusieron colorado, no supe que contestar y a final de cuentas tuve que poner mi cara de estúpido y hacerme pendejo para no comprometerme...
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"No remojes tu lápiz en la tinta de la oficina" ¡¡¡ RECUERDALO !!!
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SABADAZO:
Hoy es... ¡¡¡Noche de parrandaaaa!!!
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ACTUALIZACIÓN:
No hubo parranda... Los planes tuve que cambiar y ahora debo mas varo.
Lo digo y lo sostengo:
Nada es peor que una mujer que deja clara su desesperación.
Las que reparten postits indiscriminadamente, las que dejan comentarios sugestivos en todos y cada uno de los blogs que visitan, las que pellizcan nalgas porque lo creen interesante y divertido, y las que hacen insinuaciones sexuales cada vez que tienen contacto con un hombre, me dan horror.
Nada mejor que el flirteo que se da poco a poco.
Si yo fuera hombre, sería de ésos que salen huyendo de las mujeres insistentes.
Sí, señor.